La diferencia es que allí, en Inglaterra, la postulan como una posible primera ministra. Aunque use botas de marca, y presuma de ello, en un acto público, lo cuál no me dirán que no es más inapropiado que utilizar botas de agua -de Moschino o no- cuando llueve a cántaros y encima una ya no es una persona pública sino que tiene una vida privada.
Aquí les dejo algunas notas interesantes sobre la biografía de la interesante e inteligente Secretaria de Estado Británica Theresa May. Ella es mucho más que sus zapatos, y yo también. Ella no está dispuesta a renunciar a sus zapatos, incluso ha declarado en alguna ocasión que "lo bueno es que a menudo ellos me ayudan a romper el hielo". A mí también.
Theresa May empezó a interesar seriamente a la prensa en octubre de 2002, cuando salió al estrado del congreso de otoño del Partido Conservador luciendo unos espectaculares zapatos con dibujos de piel de leopardo. En aquel congreso, May lanzó ante las bases tories un discurso que no todos encajaron bien: un llamamiento con tintes casi crueles para que los conservadores dejaran de ser lo que ella definió como “the nasty party”. Un partido desagradable. Los tories habían perdido de forma abrumadora las elecciones de 2001.
Más de 10 años después, la camaleónica May se ha puesto los zapatos de la derecha y se postula con estudiada ambigüedad como recambio del primer ministro si las cosas se acaban poniendo catastróficamente mal. Con fama de trabajadora, concienzuda y competente es también muy versátil en el vestir, le encanta la moda, tiene 57 años y sabe llevarlos muy bien.

Algunas de las frases de Theresa May que comparto.
"Como Indiana Jones, no me gustan las serpientes - a pesar de que podría llevar a algunos a preguntarse por qué estoy en la política."
"Yo estaba en el Commons recientemente y vi a una joven que llevaba un buen par de zapatos. Me dije a mí me gustaban y me dijo que mis zapatos eran la razón por la que se involucró en la política."
"En tiempos difíciles, cada uno tiene que asumir su parte de dolor."
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